El Tutilimundi, también llamado mundinovi o mundonuevo, era un espectáculo itinerante de origen italiano donde la gente podía ver figurillas, grabados y panorámicas en movimiento. Consistía en una caja de madera portátil que contenía una serie de escenografías con personajes, y mediante un sistema de iluminación, mecanismos y lentes ópticas, parecían cobrar vida, considerándose este artefacto como un precedente del cinematógrafo.

Desde el siglo XVII los campos de la Óptica y la Mecánica se desarrollaron notablemente en toda Europa, aunque en España este fenómeno llegaría más tarde, dando lugar a la proliferación de autómatas e ingenios animados que reproducían la realidad en movimiento. Estos artilugios de ingeniería se daban a conocer a través de exhibiciones y puestas en escena itinerantes, ya que la novedad y la innovación eran reclamos fundamentales para atraer la atención de la sociedad de la época.

En el siglo XVIII los cosmoramas o panoramas se hicieron muy populares gracias a la difusión de las vistas de las Enciclopedias. En ellos se mostraban parajes con gran detallismo que se consideraban uno de los mejores medios de comunicación y de información sobre otros lugares, junto con los relatos y libros de los famosos viajeros del Grand Tour de los siglos XVIII y XIX. Uno de los artefactos mecánicos que representaban estas vistas o cosmoramas en movimiento era el Tutilimundi, aunque existían también otros inventos similares como la Linterna Mágica o el Praxinoscopio que sirvieron de inspiración para la creación del cinematógrafo.

Debido a su carácter lúdico y popular y a la cantidad de público que se reunía en cada representación, su exhibición se destinó a ferias y plazas de toda España, donde el saboyano o truhan dejaba el Tutilimundi sobre la carreta donde lo transportaba. Mientras tocaba algunas canciones populares, la gente se acercaba para mirar en el interior de la caja a través de un agujero que estaba provisto de una serie de lentes ópticas. El espectador podía ver paisajes lejanos y otras escenas representadas en diferentes planos, por donde se movían animales o personajes típicos de ese lugar a través de un mecanismo de raíles.

El Tutilimundi puede incluirse dentro del tipo de Títere plano, considerado uno de los más elementales dentro del Teatro de Figuras, pero la complejidad de este artefacto reside en los mecanismos para crear movimiento y en el sistema de lentes ópticas e iluminación, lo que hace más compleja su elaboración, preparación y manipulación. Los Títeres Planos fueron muy utilizados en toda Europa. En España existen referencias desde la Edad Media, pero fue durante los siglos XVIII y XIX cuando surgen nuevos sistemas que adaptan este tipo de figuras a las novedades científicas del momento, dando lugar a exitosos artefactos y espectáculos itinerantes de gran interés, tal y como evidencian algunos autores como John E. Varey, Bernardo Montón, Ramón María del Valle-Inclán, Benito Pérez Galdós o Gaspar Melchor de Jovellanos, aunque también se aprecia el interés de algunos artistas por este tipo de inventos, como nos muestran los grabados de Francisco Ortego y de Francisco de Goya dedicados al Tutilimundi.