Cuevas de Sanabrio, Huete y Garcinarro.
El equipo de dinamización y gestión cultural de La Máquina Real visitan los monumentos de Huete, unas minas de lapis specularis las cuevas de Sanabrio en Saceda del Río y el yacimiento arqueológico de La Cava en Garcinarro.
Se trata de un yacimiento arqueológico muy singular, pues es de los pocos de época celtíbera que se conservan tan magníficamente. El núcleo principal lo componen 3 estancias excavadas en la roca sobre un promontorio rocoso desde donde el sol se sigue poniendo sobre la sierra de Altomira y sus últimos rayos penetran, cada tarde, en el santuario donde los íberos adoraban a sus dioses, y desde donde pudimos contemplar una estupenda vista del valle y la sierra de Altomira.
Hemos podido disfrutar de el gran patrimonio cultural, artístico e histórico de la noble y leal Ciudad de Huete, la ciudad alberga una gran cantidad de monumentos religiosos como varias iglesias, conventos y hermitas, Históricos como el castillo, la muralla y la torre de Atienza y varias casa palacios. Como también cuenta con cinco museos muy variados. De arte sacro, contemporáneo, etnográfico y fotográfico y una fragua.
El ábside de Atienza son los restos de una de las diez parroquias que durante el medievo y la Edad Moderna tuvo Huete siendo ésta la más antigua, asentanda, posiblemente, su fábrica sobre una antigua mezquita. El estilo artístico es un gótico incipiente, raro ejemplo en la provincia de Cuenca.
Y para finalizar la visita hemos ido a Saceda del Río, una pedanía perteneciente al termino de Huete, para ser más exactos estuvimos en las «Cuevas de Sanabrio» una de las famosas minas romanas de lapis specularis, una de las muchas que contiene la provincia de Cuenca. Un mineral que significó el motor económico de toda la región durante prácticamente un siglo y medio que se localiza en muy poquitos lugares de Europa. Una visita donde nos hemos podido adentrar en antiguas galerías romanas y aprender cómo se iluminaban, cómo trabajaban y cómo extraían un cristal que se vendía por todo el Mediterráneo.
El Lapis Specularis es un yeso cristalizado que los romanos usaron como cristal para las ventanas durante los dos primeros siglos de nuestra era. El interior no es de las más grandes de la provincia, pero sí una de las más recomendables de visitar, por su fácil acceso y su comodidad, esta muy adaptada a los turistas y muy bien acabada y decorada con su material natural





