Museo Español del Títere

La escultura animada posee una historia larga y extensa. El ser humano siempre se ha dejado seducir ante una figura que reproduzca –incluso mínimamente– alguna acción o movimiento suficiente para aparentar la existencia de un “ánima” o vida. Esta es la razón por la cual la magia de las figuras animadas ha sido utilizada, desde las más antiguas civilizaciones hasta nuestros días, con fines relacionados con la propaganda del poder, la catequesis y devoción religiosas o la pura diversión, ya sea aristocrática o popular.

En España gozamos de la fortuna de tener una amplia y cada vez mejor documentada historia de este género en el que conviven manifestaciones de diferente carácter que agrupamos bajo el término de Teatro de Figuras, abarcando un campo mucho más amplio que el llamado Teatro de Títeres, ya que incluye figuras corpóreas que participaron en ceremonias simbólicas, litúrgicas, celebraciones y espectáculos públicos, así como en el teatro de épocas anteriores al siglo XVII. La falta de espacios públicos dedicados a la conservación y estudio de este arte dificulta su conocimiento y puesta en valor, por ello consideramos necesario el intentar recuperar y documentar los distintos episodios de nuestra historia del teatro de figuras y para ello proponemos empezar el estudio en la recuperación de los arcaicos Bavasteles, seguidos de los retablos mecánicos y los tutirimundis, para dar paso al retablo de figuras medieval inmortalizado por Melisendra y sus aventuras en Sansueña. Imprescindible será también la Tarasca con sus botargas y gigantones predecesores de la máquina real. Para terminar este proyecto no podemos olvidar dar vida al recalcitrante Don Cristobal y su teatrillo.

Para la ejecución de este trabajo será necesaria la selección de monitores formados y con experiencia en la construcción de escenografías en madera, así como en talla y pintura en madera, para formar a los alumnos que realizarán las distintas escenas.

La importancia histórica y cultural de nuestro Teatro de Figuras merece ser dada a conocer de forma mundial y por ello el proyecto de museo debe contemplar su itinerancia.